Reumén
Este sitio web tiene como objetivo difundir el patrimonio histórico, cultural e institucional de Reumén, pueblo que se ubica a orillas del río Collilelfu en la comuna de Paillaco, provincia de Valdivia.
Reumén es un concepto huilliche y corresponde a la unión de dos palabras:
REU: que en sentido literal significa “ola” y por extensión “estruendo del agua torrentosa” , y
MEN: que significa “ir, pasar”.
Así, Reumén sugiere, entre otras formas de decir lo mismo, “torrente que pasa”, refiriéndose al antiguo caudal del río Collilelfu. El libro “La Voz de Arauco” (pág. 249, edición 1991), lo traduce como “correr con mucho ruido el agua”.


Puede apreciarse que el sinuoso Collilelfu orilla el lado oriente del pueblo, cursando sus aguas de sur a norte. El diseño de las calles en damero data de inicios del siglo 20 y no ha experimentado cambios significativos hasta hoy.

Ingreso a Reumén, cruzando el puente Collilelfu, 2011

Similar vista con nuevo puente, diciembre 2020

Puente antiguo transformado en pasarela peatonal, diciembre 2020
En este sitio se encontrarán variados antecedentes que bajo distintas facetas se inscriben en la historia local, recopilados durante bastante tiempo y que, incluso, se han traducido en tres libros que se incorporan para que cualquier interesado pueda descargarlos (pincha la imagen).
El nacimiento del pueblo
La fundación de Reumén se genera con la construcción del ferrocarril en el tramo Valdivia-Pichi Ropulli y se registra el 27 de enero de 1898 como la fecha de término de las obras vinculadas al recinto estación y, con ello, se da nacimiento oficial al pueblo.
Es interesante anotar que el 21 de diciembre de 1895 se inauguró el tramo ferroviario Osorno-Pichi Ropulli, cuya construcción se inicia desde un punto intermedio: el “Puerto Nuevo” de Trumao (Trumag) -el llamado “Puerto Viejo” quedó obsoleto-, donde llegaban los pertrechos en los barcos que ingresaban a través del otrora navegable río Bueno.
El tramo Valdivia-Pichi Ropulli presentó su mayor dificultad constructiva entre Los Lagos y Reumén, donde la vía tuvo que habilitarse mediante el túnel “Los Venados”, de 400 metros de longitud, y los puentes de fierro sobre los esteros Lipingüe, Cuinco y el río Collilelfu.

Boca norte del túnel ”Los Venados” (1897).
Gentileza Museo Histórico UACh

Boca norte túnel ”Los Venados”
Diciembre 2020

Interior del túnel con modernos durmientes de hormigón, diciembre 2020

Boca sur túnel ”Los Venados” con placa superior indicando «1903», año de finiquito de esta obra.
Diciembre 2020
El puente sobre el estero Cuinco (hoy Belén), ubicado inmediatamente al norte de Reumén, planteó un desafío ingenieril de envergadura para la época, a tal punto que los primeros recorridos entre Osorno y Valdivia -dos veces a la semana- se hicieron con un transbordo hacia otro tren que llegaba en forma simultánea al lado opuesto.

Puente Lipingüe, década 1920

Puente Lipingüe reacondicionado en 2019-2020, con inversión superior a 1.000 millones de pesos

Puente Cuinco, al norte de Reumén
Diciembre 2020

Puente Collilelfu, al sur de Reumén
Diciembre 2020
Aquella contingencia hizo que Reumén fuese poblado con cierta rapidez al estacionarse trabajadores que alojaban y se abastecían allí, sin perjuicio de su ubicación estratégica para movilizar habitantes de los campos del interior, y producir y despachar madera a diferentes ciudades del país, aunque Valdivia era el destino mayoritario.
Imágenes
No se concibe el sur de Chile sin su naturaleza verde, pintada desde tiempos inmemoriales por la lluvia que cae, se estaciona, se desliza y embellece sus paisajes.
Los reumeninos están acostumbrados a ella y a su intensidad en los inviernos, y la asimilan con simpatía y cariño. Son hijos de los nimbus, del rocío y la neblina.

Invierno nocturno en Reumén (Colaboración de Alex Torres Caro)
Desde Puerto Varas nos llega la creación poética «Volver a ser niño» de Ademar Uribe Vásquez, quien acurruca en su alma reumenina nostálgicos recuerdos de su infancia sobre los charcos y el barro.
Volver a ser niño
una tarde de invierno,
cuando la lluvia cae,
inclemente, a la tierra.
Sacarse los zapatos
forrados de chiporro
y correr en el agua
hasta caer cansado.
Qué alegría
sentir los charcos helados
mojando nuestros pies
y recordar la niñez perdida
en el pequeño pueblo,
buscando camarones
en las pampas vecinas.
Corriendo en el pasto,
chapoteando en el agua,
resbalando en el barro,
¡qué alegría tan grande
volver a ser niño!
La nieve cae sobre Reumén cada 25-30 años, ofreciendo un espectáculo atractivo y pintoresco. Y novedoso por lo inusual.

Reumén nevado, agosto 2020

Plaza de Reumén, nevada (junio 1992)

Calle Malaquías Concha, nevada (junio 1992)
El río Collilelfu, en cambio, es un espectáculo permanente que fluye incansable bajo la lluvia, el sol o las estrellas, adornando el exuberante paisaje ribereño.

El río Collilelfu se anida en el sentimiento de los reumeninos y cada verano es confidente leal del nacimiento o apogeo de juveniles romances.
En ese mágico entorno, el poeta local Federico Tatter Oñate no escapó al influjo de una ilusión amorosa y lo estampa en su poema “En el río Collilelfu”:
En el río Collilelfu,
cristalino espejo,
una tarde de enero,
jugando en la arena
le dije: te quiero.
Entre los aromos
susurraba el viento,
una tarde de enero
en el río Collilelfu.
El verde silente
de trinos y rezos,
jugando en la arena
me dijo: te quiero,
una tarde de enero
en el río Collilelfu.
Tenía el encanto
de un verano nuevo,
una dulce mirada
en sus ojos negros.
Jugando en la arena
nos dimos un beso,
una tarde de enero
en el río Collilelfu.
Murmuraba el agua,
susurraba el viento,
jugando en la arena
me hizo un juramento.
Juró que volvería
con un blanco velo
a jugar en la arena,
una tarde de enero
en el río Collilelfu.